DE LA ESCUELA AL TRABAJO: POTENCIALIDADES DE LA EDUCACIÓN EN LA MOVILIDAD SOCIAL

LA EDUCACIÓN SIGUE SIENDO REDITUABLE Y ES EL PRINCIPAL PROYECTO FAMILIAR PARA LA MOVILIDAD SOCIAL

DE LA ESCUELA AL TRABAJO: POTENCIALIDADES DE LA EDUCACIÓN EN LA MOVILIDAD SOCIAL

  • A 87% le hubiera gustado alcanzar un nivel educativo más alto del que obtuvo: problemas económicos, el principal impedimento.
  • La educación sigue siendo considerada como deseable para los miembros más jóvenes pues la familia espera que el resto de sus miembros alcance los estudios superiores.
  • En comparación con el hogar en el que vivían cuando eran jóvenes, más encuestados consideran que en sus hogares actuales los ingresos alcanzan sin dificultades.

En un mundo cada vez más globalizado y tecnológicamente avanzado, donde los mercados laborales son cada vez más competitivos, surge la necesidad de reflexionar sobre el papel fundamental que desempeña la educación en un contexto de rápidos cambios.

El Centro de Opinión Pública de la Universidad Tecnológica de México realizó la encuesta De la escuela al trabajo: potencialidades de la educación en la movilidad social con el propósito de explorar la relevancia del proyecto educativo en la vida de las personas. La encuesta investigó los principales obstáculos y estímulos en las trayectorias educativas, cómo la adquisición de conocimientos transforma las condiciones de vida y cómo se percibe el papel de la educación.

Factores económicos, el principal impedimento

La movilidad social ascendente está fuertemente asociada a un mayor nivel de escolaridad. No obstante, son las circunstancias materiales las que facilitan o limitan el logro educativo. Un preocupante 43% de los encuestados informó haber tenido que abandonar sus estudios, y dentro de este grupo, múltiples son las causas para la deserción escolar: el 53% mencionó problemas económicos como una de las causas, también el 50% señaló la necesidad de empezar a trabajar. Este problema se acentúa entre aquellos que alcanzaron niveles de educación básica y media, en contraste con quienes abandonaron la educación en niveles superiores, donde las razones son el nacimiento de hijos y la necesidad de empleo.

Esto se relaciona con las razones detrás de la dificultad para acceder a la educación superior, ya que el 89% considera que el alto costo de la educación es la principal barrera, seguido por la falta de apoyo financiero de la familia (25%) y la falta de importancia atribuida por la familia (24%). En contraste, destacan las aspiraciones personales como principal motivación para alcanzar la educación superior (88%), seguidas de las expectativas familiares o sociales, pues es lo “que se espera” (87%).

Influencia de la familia en la trayectoria educativa

El entorno familiar desempeña un papel fundamental en el éxito académico. Un 53% de los encuestados afirmó que sus familias esperaban que ellos y otros miembros alcanzaran al menos la educación superior, mientras que un 14% mencionó la aspiración de diplomados, maestrías o especializaciones, un 10% el bachillerato y un 9% un doctorado.

Estos datos apuntan a que la educación sigue siendo considerada como deseable para los miembros más jóvenes. Por ejemplo, 9 de cada 10 entrevistados dijeron que cuando eran niño/as o adolescentes, sus padres les incentivaban a tener un buen desempeño en la escuela en lugar en trabajar. Además, un 94% está de acuerdo en que en sus hogares se habla constantemente de la importancia de estudiar, y un 93% confirma que se insta a los miembros en edad escolar a completar una carrera universitaria.

En cuanto a las diferencias de género en la promoción de la educación, el 19% reportó que durante su adolescencia se alentaba más a los hombres a estudiar, mientras que el 77% indicó que ambos sexos recibían un impulso similar. Actualmente, en los hogares, la brecha de género parece estar disminuyendo, ya que solo el 5% afirmó que se alienta más a los hombres, lo que refleja un aumento significativo en el apoyo tanto a hombres como a mujeres (92%).

Logro educativo y laboral van de la mano

En cuanto al logro educativo, la mayoría de los encuestados igualó o superó el nivel de educación de los jefes de familia en sus hogares de origen (58% y 8%, respectivamente). Sin embargo, un 34% no alcanzó ni superó este nivel, lo que podría atribuirse a la edad de los encuestados o a obstáculos económicos que afectan su desempeño académico.

Este estudio confirma una correlación evidente: a mayor nivel educativo, mayor probabilidad de obtener una retribución económica superior y, por lo tanto, mejores condiciones de vida. Los niveles más altos de educación se asocian con ingresos más elevados: el 75% de los hogares que ganan entre $25,579 y $33,621 mensualmente alcanzaron niveles de educación superior y posgrado. Esto se repite en el 90% de los hogares que ganan entre $33,622 y $66,898.

Percepciones sobre educación y movilidad social

En general, los encuestados informaron tener mejores condiciones de vida en comparación con sus hogares de infancia y adolescencia. El 42% considera que los ingresos de sus hogares actuales son suficientes, en contraste con el 33% en sus hogares anteriores. Notablemente, solo el 8% de los hogares actuales informa dificultades económicas significativas, en comparación con el 23% en sus hogares anteriores.

El logro educativo se percibe como una inversión valiosa para el futuro, ya que el 87% de los encuestados habría deseado alcanzar un nivel educativo más alto y el 88% cree que esto les habría brindado mejores oportunidades laborales. No obstante, es importante tener en cuenta que el 90% considera que la educación de calidad es costosa o demasiado costosa.

METODOLOGÍA

Encuesta realizada del 17 al 28 de agosto de 2023 a 611 personas integrantes de un panel online diseñado por el COP UNITEC. La conformación del panel se diseñó tomando en cuenta las características sociodemográficas de la población mexicana como edad, sexo, NSE, entidad y ocupación. Se entrevistó a personas mayores de edad, de los cuales el 14% son del grupo de 18 a 24 años; 21% de 25 a 34 años; 28% de 35 a 44 años; 21% de 45 a 54 años y 16% 55 años o más. La encuesta fue a nivel nacional, entrevistando a personas empleadas en el sector público, privado, dedicadas al hogar, estudiantes, jubilados, desempleados.